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lunes, 11 de abril de 2011

Sistema Político de Brasil

Sistema Político de Brasil
Brasil es una República Federativa Presidencialista, formada por la unión, provincias y municipios, en la que el ejercicio del poder se atribuye a órganos distintos e independientes, sometidos a un sistema de control para asegurar el cumplimiento de las leyes y de la Constitución.
Brasil es una República porque al Jefe de Estado lo elige el pueblo, por un período de tiempo determinado. Es presidencialista porque el presidente de la República es el Jefe de Estado y el Jefe de Gobierno. Es Federativa porque las provincias tienen autonomía política.
La unión está divida en tres poderes, independientes y armónicos entre sí. Estos son el Legislativo, que elabora leyes; el Ejecutivo, que actúa ejecutando los programas o prestando servicio público; y el Poder Judicial, que soluciona los conflictos entre los ciudadanos, las entidades y el estado.
Brasil tiene un sistema político multipartidista, o sea, que admite la formación legal de varios partidos. Los partidos políticos son asociaciones voluntarias de personas que comparten los mismos ideales, intereses, objetivos y doctrinas políticas,  con el objetivo de influir y formar parte del poder político.
En cuanto a sus Políticas Internacionales
La política exterior de Brasil es más que un instrumento de proyección de sus intereses nacionales: es el elemento conformador de una realidad nacional, regional y global cambiante que ofrece oportunidades y riesgos.
Las constantes transformaciones en el escenario internacional –el cambio climático, la crisis económica-financiera, la inseguridad alimentaria y energética, el crimen transnacional– no son fenómenos aislados. Están asociados a un desequilibrio fundamental en la sociedad contemporánea: países ricos que desean mantener y profundizar un patrón de consumo insostenible y países en desarrollo que aspiran alcanzar niveles equivalentes de prosperidad. La compleja conectividad social, tecnológica y económica,  llamada globalización, se acelera por fuerza del ascenso de una nueva clase de actores. Eso implica la transferencia de poder entre países y regiones. Como resultado de su incorporación competitiva en la división internacional del trabajo, las economías emergentes alcanzan niveles de productividad y, por ende, de consumo próximos a los de las economías maduras.
La confianza en el potencial transformador de la sociedad democrática se proyecta en la actuación internacional de Brasil. En la promoción de una agenda de cambios en la esfera mundial, sus mayores aliados son variables nacionales, tales como: la defensa de la democracia como instrumento de promoción del desarrollo político, social y económicamente sostenible.
Postura de Brasil frente algunos temas Internacionales
  • A través de la iniciativa IBSA (India, Brasil y Suráfrica), que supone la concertación de las tres democracias en desarrollo más grandes del mundo y con reconocida capacidad de liderazgo en sus regiones correspondientes, sus miembros colaboran en tecnología, comercio y seguridad para desarrollar proyectos de cooperación Sur-Sur.
  • Las cumbres de países suramericanos con países árabes, en 2005 y 2009, y con África, en 2006, son las primeras reuniones a gran escala –fuera del sistema de la ONU– que aproximan a bloques de países en desarrollo.
  • Los países BRIC (Brasil, Rusia, India y China) han acordado condicionar su apoyo a las reformas del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial aprobadas durante la reunión del G-20 en Londres a que se otorgue a los emergentes un poder de voto compatible en esas instituciones.
  • El Plan de Acción contra el Hambre y la Pobreza, lanzado en 2004, para financiar los Objetivos de Desarrollo del Milenio es un embrión de un sistema tributario global fuera del control de gobiernos nacionales

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